Hoy en día el tiempo parece nuestro enemigo. En la vorágine de la vida cotidiana difícilmente encontramos un momento libre entre responsabilidades de trabajo, casa, vida social y otras ocupaciones. Inclusive, la idea de un pasatiempo, antes tan apreciada ha desaparecido. Muchos de nosotros cuando nos preguntan si tenemos un hobby o pasatiempo o ponemos cara de “what” o esa mirada de la melancolía sobre tiempos mejores cuando esas cosas existían.
Inclusive nuestras diversiones suelen estar tan estructuradas, planeadas y apuradas que no nos damos cuenta lo poco que las estamos disfrutando. Hace algunos años mi esposo llegó a un equipo nuevo de trabajo; se trataba de la alta cúpula de la organización en la que laboraba y estaba feliz de incorporarse a esta aventura intensa, vibrante e inteligente. A unas semanas de haber llegado les comentó que la semana siguiente estaría de vacaciones y que quería dejar arreglado cualquier asunto pendiente para delegarlo. El silencio invadió la sala de juntas y los demás integrantes se miraron unos a otros, incrédulos. Hace tiempo que nadie tomaba vacaciones. Una de las colegas se lo dijo, justo con esas palabras. Y la respuesta tranquila de mi amado fue, “Pues deberían.”
Y sí, cada vez hay más evidencia de que así es. Más aún en las labores creativas y flexibles que demanda el trabajo actual. Incluso si tu responsabilidad es en el hogar, o estudiando o en cualquier actividad. La verdad es que la vida se ve mejorada cuando te das la oportunidad de cambiar de actividad de vez en vez, de romper la rutina y darte tiempo para ti. Puede ser en periodos más largos como vacaciones o en breves y disfrutabas rituales cada día, pero cada persona merece la oportunidad de elegir sus espacios de tiempo y tomarlos. Sin culpa porque la responsabilidad seguirá ahi cuando regreses y estarás más preparada para enfrentarla. Sin culpa porque las personas más exitosas de la tierra saben respetar su propio tiempo y lo hacen siempre. Sin culpa, porque la culpa es también una elección y no mereces guiarte por ella.
Observa en qué ocupas tu tiempo e incorpora a él algunos espacios que por breves o largos que sean te sirvan para crecer, para ayudar a otros, para relajarte, cambiar de perspectiva o descubrir nuevas ideas. Verás que sales refrescado, nutrido y preparado para la siguiente aventura. El tiempo es una invención del hombre así que es todo tuyo. Después de todo, ¿qué más es la vida sino el tiempo que pasarás en esta tierra? Mereces aprovecharlo al máximo.
Esta semana, cada vez que estés corriendo por tus actividades sin darte oportunidad de nada recuerda en tu mente estas palabras: “Merezco darme el tiempo que necesito.” Verás que encuentras formas creativas de crear tiempo. ¡Que lo disfrutes!